Belén Benito

martes




Hace unos días leí un poema de amor donde utilizaban la expresión "Vértigo azul". Lo interpreté a mi manera, como si mis miedos, abundantes y pesados, fueran el gran telón de agua en la playa de Klampenborg y su conjunción, el vértigo, aquella palabra que tanto hemos repetido estos días. 
De esta manera sonaba más amable, formando ya parte de mi esencia.
 Y entonces lo acepté:
Debemos aprender a convivir con él, para que cuando llegue, podamos cerrar los ojos y pensar que estamos en cualquier otro lugar. 
Solo allí donde queremos estar, haciendo únicamente lo que amamos. 
Entre las sábanas, en el próximo trayecto en coche hacia cualquier parte, en el verano que viene...
Pero mientras y aún más importante, tenemos que dejar de desperdiciar el tiempo y sentirlo todo de la manera más profunda que podamos. 
Como este otoño que se acaba y nos devuelve, de nuevo, aún más sabios. 

14 de mayo
El tiempo el tiempo el tiempo el tiempo el tiempo 
el tiempo el tiempo el tiempo el tiempo el tiempo

¿Y?
¡Ya pasó!

S. Tesson

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