Gregory Muenzen
Al terminar de
bajar las escaleras
-suave el andar pausado
de quien esconde un libro entre los brazos-
la vía ya estaba vacía.
Cuando se sienta
encuentra un agujero en
la chaqueta a la altura
del tórax.
Entonces por allí entraba el frío,
te alivias.
Lirismo tan penetrante.
ResponderEliminarAdórote.
ResponderEliminarEstremecedoramente bello.
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