Belén Benito

martes


















Nousiainen, Finlandia.




La Iglesia de la esquina
tiene una cruz de metal en la puerta.
Nosotros nunca pasamos,
nadie nos deja.

Pupilas blancas al cruzar el marco.
Pies quemados de un salto hacia el interior.
Lo tenemos prohibido,
pero no nos quejamos.

Comen animales muertos
en el altar.
No tienen dios.
Se los comen ellos.
No queremos pasar.
Nos comerán a nosotros,
dicen.

Cortaran mis manos,
los lóbulos de mis orejas.
Una luz oscura nos llama.
Nosotros no escuchamos
el estruendo oxidado.

Detrás de la Iglesia hay un
cementerio
lleno.
A veces nos escondemos allí.


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